Llegó el año 1992 y nos empezaron a llegar versiones cinematográficas del descubrimiento. ¡Teníamos a Colón hasta en la sopa!
Bueno, estoy exagernando. Realmente fueron dos, y de una de ellas se encargó Ridley Scott, en lo que para mí, fue uno de sus grandes fiascos. Pero encargó a Vangelis la banda sonora, que queda muy efectista en la película, y, sobre todo, este tema, con unos coros, creciendo en intensidad según avanza el tema, que me emociona. Parece que uno va navegando azotado por el oleaje mientras suena.
¡Disfrutad del tema!
Lo cierto es que buscando algo diferente para hacer una entrada en el blog que pareciera algo menos clásica que las intervenciones que he hecho hasta la fecha, recordé de pronto que la banda sonora de la película me había gustado al menos tanto como el film y a pesar de ser de los primerísimos ochenta el trabajo de un maestro en el género musical «electrónico» como Vangelis, me resultaba actual y fresco. Al final buscando aquí y allá para documentarme un poco sobre la entrada he llegado a la conclusión de que es una banda sonora bastante más clásica de lo que pensaba ya que este género de música fue muy importante hace ya unas cuantas décadas. Por lo tanto no sé si he conseguido hacer algo más moderno como pretendía, pero al final merece la pena. Leyendo acerca de la misma me he encontrado con curiosidades tales como que no se pudo editar un álbum hasta 1994 a pesar de que la película es de 1982.
La duda era qué tema elegir, si el clásico y muy conocido de los títulos finales o algún otro como el Blues que quizás sea menos conocido pero de gran calidad. También me encantó «The love theme» especialmente por el solo de saxo tenor del británico Dirck Morrissey.
Viva el cine 