Años atrás el estudiante de secundaria Tony Kanapes fue mordido por un disco de E.T. radioactivo, adquiriendo un oído especial para la música de cine y descubriendo que un gran poder conlleva gastarse demasiado dinero como coleccionista.
No voy a entrar en las bondades de este tema del japonés Kenki Kawai, sino en lo que me contó al oído aquella tarde.
Hacía una semana que había roto con mi pareja, fue la última decisión tomada por ambos. La mente es analítica, el corazón es emocional. La mente me decía que había sido una buena decisión y que llegarían tiempos mejores, mientras el corazón me gritaba que fue un error, y que volviera a mi área de confort.
Hacia frío aquella tarde de febrero, llovía con fuerza. Y mientras daba vueltas por la calle yo era el ring de una lucha entre la mente y el corazón. En los cascos sonaba este tema, y yo volvía a ponerlo una y otra vez.
Una canción triste, puede, pero también una canción de esperanza si uno sabe oírlo bien. Al final no volví con mi ex pareja, y no me arrepiento de ello, pero no puedo dejar de escuchar este Setting The Horses Free sin pensar en el frío de febrero, en la lluvia y que yo era como los caballos del tema: Me habían dejado libre.
Tony Kanapés